Isla de Santa Clara (San Sebastián)

Isla de Santa Clara PV ES

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La Isla de Santa Clara es una pequeña isla situada en la bahía de la Concha, frente a la ciudad de Donostia-San Sebastián, en el País Vasco, España. Su tamaño es modesto, con aproximadamente 400 metros de longitud y una altura máxima de 48 metros sobre el nivel del mar. A pesar de su pequeño tamaño, Santa Clara ha sido testigo de una historia interesante y es una parada encantadora para los turistas.

Santa Clara ha tenido diversos usos a lo largo de los años. Durante la Edad Media, servía como punto de defensa militar debido a su posición estratégica en la bahía, permitiendo controlar la entrada y salida de embarcaciones. En estos tiempos, era conocida también como “Isla de las Palomas” por la abundancia de estas aves.

En el siglo XIX, la isla experimentó cambios significativos. Fue durante esta época cuando se construyó un faro para guiar a los barcos que entraban a la bahía. El faro, erigido en 1864, aún se mantiene en pie y es característico de la isla. Además, a Santa Clara se le dio un rol como lugar de cuarentena. Los barcos que llegaban al puerto con sospechas de enfermedades contagiosas debían detenerse en la isla, y aquellos a bordo eran mantenidos en observación para evitar la posible propagación de epidemias.

En el siglo XX, su uso como espacio de cuarentena terminó, y Santa Clara pasó a ser más un sitio de ocio. Se abrió al público para el disfrute recreativo, y en 1936, fue equipada con un servicio de verano, incluyendo un pequeño muelle y una zona de baño.

Hoy en día, es un punto de escape popular durante los meses de verano. Los visitantes pueden llegar a Santa Clara mediante barcos que realizan viajes regulares desde el puerto cercano. Una vez en la isla, se pueden encontrar servicios básicos como un bar, una enfermería de primeros auxilios y una zona de baño con una playa de arena que, aunque pequeña, es muy apreciada en marea baja. Caminos y escaleras permiten a los visitantes explorar y disfrutar de vistas impresionantes de Donostia-San Sebastián y de la montaña Urgull.

Santa Clara ofrece, por tanto, una mezcla encantadora de historia, naturaleza, y relajación. La isla es un verdadero símbolo de la ciudad, y su faro sigue siendo un faro guía no sólo para los barcos en el mar, sino también para aquellos que buscan la belleza serena en medio de las aguas de la concurrida bahía de la Concha.